viernes, 17 de octubre de 2014

Nos vemos en la cima

Conocí a Lucas Trapaza hace algunos años. No tantos como él ya permanecerá conmigo.

Conocí a Lucas en diciembre de 2008, en Granada, yo tenía ganas y dudas, como siempre, él vino a contagiarnos de magia, de sonrisas, vino a enseñarnos el color que tenía nuestra nariz, vino para no irse nunca más.
Lucas me enseñó un idioma diferente, Lucas me invitó a mirar con los ojos de un niño, a vivir el teatro y la vida, -y que valga la redundancia- en toda su expresión, Lucas me hizo adepta a una religión, a su religión, a la religión de la sonrisa.
Compartí mi torpeza y mis miedos con Lucas, me dió la mano, le dio la vuelta al mundo, me animó y me ayudó a subir montañas. Lucas me arrancó el "no sé" y me enseñó a decir "Yo soy"
Recuerdo. Sé que la mirada de Lucas sabía abrazar y que cuando te abrazaba cerraba los ojos.
Hoy yo cierro los ojos y veo su sonrisa.
Me duele el alma, la vida y la nariz.

En 2008 Lucas me hizo un regalo (muchos en realidad) y nos hicimos una promesa. Un clown siempre cumple una promesa.


Gracias, maestro. Gracias, compañero. Gracias, amigo, seguimos caminando.

...Nos vemos en la cima.


miércoles, 15 de octubre de 2014

La tormenta o el naufragio

Podría preparar comida para uno, dormir cuando tu olor también se despida de mis sabanas.

Podría dejar de soñar contigo.

Podría saltar por la ventana o drogarme hasta no sentir nada.
 
Podría no echarte en falta o rellenar tus huecos en los estanques de cualquiera.

Podría abrir puertas, reclamar nuestros besos o deshacer en mi cama tus maletas.

Podría parar el tiempo, destruir los calendarios, aprender a contar, contigo, desde cero.

Podría besarte cada tres segundos o morirme si la próxima palabra que salga de tu boca no me nombra.

Podría perderme dónde solo tú podrías encontrarme.

Podría volver a respirar.

Podría acostumbrarme a esta puta calma.


 
Podría; pero no puedo.