jueves, 22 de noviembre de 2012

Miércoles, 21 de noviembre de 2012

Soy bastante reacia a contar mi vida lejos de metáforas o vueltas y más vueltas que enredan cosas sencillas de tal modo que a veces, incluso a mi, se me ponen del revés; pero ayer, no hay metáfora que explique lo de ayer.
Salí de trabajar, enfadada, decepcionada conmigo misma y poniendo en entre dicho estas pseudo-dotes ya no para la educación, porque no creo que yo esté en disposición de otorgarme tal cosa, pero bueno, digamos que darle clases de francés a una niña de 16 años es lo más cerca que he estado hasta la fecha de ese tipo de formación encontrándome yo, en el otro lado responsable de ecuación.
Eran las siete y media de la tarde y me sentía mal, impotente, y aunque suene a abuela cebolleta, entendí a mis profesores y a mi madre y cuando yo tenía dieciséis años y estos profesores le decían a ella que yo lo que necesitaba era constancia, sentarme y hacer las cosas, etc, etc... De echo sigo sin tener constancia, pero creo que con el tiempo he ganado paciencia y eso, creedme que ya es mucho.
Ya la había llamado tres veces sin obtener respuesta y me disponía a volver a Teatino's town cuando ella me devolvió la llamada. Ella es Bárbara, es la antítesis a mi persona, muchas veces he sentido que somos la noche y el día y realmente lo somos pero no se si es este amor a lo que hacemos, a lo que nos mueve y lo que nos hizo conocernos que no podría ser nada más bonito que el teatro o quizás... no lo sé con exactitud pero es algo muy grande.
Y el día empezó a mejorarse entre cerveza, frutos secos, una conversación que se alargó hasta altas horas, confesiones, risas, ojos brillantes y tapitas pijas de un bar de Málaga.
Entonces de repente llegó una de esas noticias que hacen que te des cuenta de que la vida es eso, un momento, un segundo que puede y de hecho lo cambia todo.
Cómo es posible que la vida sea tan extraordinariamente bonita y que no queramos verlo. O que no nos demos cuenta. Ahora mismo hay un bebé (seguramente precioso) en una incubadora de algún hospital de Málaga que no puede ser consiente de todo lo que provocó ayer solo su pensamiento, que no puede ser consciente de toda la gente que estaba esperándola, que no puede ser consciente de todo el amor que cabe en el mundo y en esas manitas y esos setecientos gramos de persona que vive y respira por si misma.
Es cierto que tengo muchos textos a medias y que mi vida ahora mismo es más parecida a una obra de T.Williams que otra cosa, pero ¡qué carajo! Vivo en Málaga, estudio arte dramático ahora mismo me duele la barriga por la cerveza o la falta de costumbre pero me importa poco o nada, ayer descubrí cosas en una persona que ya creía conocer, muchas más y se que aún hay mucho más dentro de ella, conté y leí cosas que no habían salido de mi cabeza aún.
Cuando miras las cosas con distancia te das cuenta de la intensidad de estas, de lo mal que llegaste a estar, o de lo feliz que pudiste llegar a ser, del tiempo que pasó, de las cosas, de las improvisaciones, de los errores, pero sobre todo, contando, rememorando esas cosas siempre hay personas que estuvieron ahí y siguen estando, en las que te apoyaste, a las que llamaste llorando diciendo "tío, ven a buscarme porque no puedo más, porque esto no puede estar pasando"
Es eso. Esas personas que llenan tu vida de recuerdos, de besos, de abrazos, de frases que se marcan a fuego y que no te abandonan nunca, las miradas, las risas, las lágrimas, todo eso, es mi vida, los besos que dí y que me dieron, las cosas que sentí, las que me hicieron creer que había fallado o que me habían fallado y que de ahí ya no me iba a sacar nadie, todas esas personas en las que pienso ahora mismo son mi vida y es por lo que realmente todo de aquí para atrás ha tenido sentido y del mismo modo se lo aportan al ahora y seguramente al después.
Por eso entre otras cosas merece la pena que amanezca cada día.

Gracias Bárbara, por todo.

sábado, 17 de noviembre de 2012

viernes, 16 de noviembre de 2012

Que te quise a morir y me muero



Madrid. Volar. Huir. Mandarlo todo al carajo. Llámalo X

jueves, 15 de noviembre de 2012

Ella

No sabéis quien es ella y es una pena. Yo os lo diré.
Ella es el motivo de que yo me acuerde de sonreír todos y cada uno de los días, ella es la que tiene la palabra, es gesto, es abrazo, el café, la cerveza en el momento justo, siempre. Ella es un Hada Capitan Pirata, es magia.

Y vosotros no sabéis lo que es la felicidad porque no la conocéis. No tenéis ni puta idea.  Lo siento, pero es así.

Imaginad toda la felicidad del mundo resumida en un abrazo, un coche, un café y una mirada. TODA. Eso es ella, eso y mucho más de lo que podáis llegar a imaginar nunca. Eso todo lo que ella me da y ni la mitad de la mitad de lo que soy gracias a ella.

Hubo un tiempo en el yo no sabía quien era, (aunque aún a veces todavía dude de ello) que yo no sabía donde ir, y sentía que todo lo que hacía no iba a tener nunca el valor o la importancia que todos esperaban. Pero un día sin saber cómo ni por qué entendí que mi vida ni yo estábamos aquí para complacer a los demás, para ser lo que los demás esperaban de mi. Siempre alguien se sentirá insatisfecho con algo. Pero comprendí que la que nunca se podía sentir insatisfecha conmigo era yo misma. Ahí empecé a vivir.

Ahora, por qué he escrito esto, no lo se.

El tiempo, los plazos, son a las personas y sus sueños lo que las jaulas a los pájaros y yo quiero que vueles.
Porque te he visto volar y aún dudo si existe algo más bonito que verte sonreír. Que creo que no.

VOLAR, eso es.

Te quiero pececillo.



miércoles, 14 de noviembre de 2012

MERDE

Estás buscando esa palabra, esa canción, ese poema que no dice nada de ti pero si que habla de todo lo que sientes, de toda la mierda que te rodea, de todo el hueco que dejan las ausencias, que supongo que siempre son las mismas, sea quien sea, un cuerpo ausente, lo es para mi, para ti, para él... pero que nadie ha escrito aún.

La ausencia de tu cuerpo es el silencio. 

Son los teléfonos que no suenan, los timbres que no preguntan, las fotos que te miran con esa crueldad que solo tienen las personas felices, esos dos seres felices que fuimos, o que pudimos llegar a ser.

Ojalá algún día me canse de esperar a que suene el teléfono, ojalá algún día me canse de esperarte.

Mierda. Está empezando otra vez.

martes, 6 de noviembre de 2012

Cedeira.

El suelo de tu habitación abrigando noviembre con nuestra ropa.

El amor pornográfico de Salem.

Leer.

Contigo.

Follar.

Juntos.

Hacernos poesía. 

Garabatear tus sabanas.

Oler a mar y a amor y a sexo y a literatura.

El amor pornográfico de Salem.

En tus paisajes.

En tu coche.

En tus canciones.

Leerte a Salem.

Una vez.

Y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra.

Todas las noches

Hacerte el amor (pornográfico) todas las noches.





lunes, 5 de noviembre de 2012

Tú durmiendo solo y yo aquí pudiendo dormir contigo.

sábado, 3 de noviembre de 2012

No se los días o las horas que me durará
esta idea de que querernos así no es sano,

rápido, mucho y mal.

Hicimos cosas mal, cosas que no se arreglan con una canción
de amor y un ramo
sin flores.

Dormir contigo
siempre va a ser
lo más bonito del mundo,
siempre lo ha sido.

Pero en esta balanza yo solo veo mi corazón
y tus ratos libres.

Quien me dice a mi que el hombre de mi vida no está por ahí sentado, tomando una café o viendo la película mala de los domingo esperando a que yo deje buscarte.

La cabeza me dice que no lo haga y las canciones, que te llame.

Y tú no dices nada.