sábado, 31 de agosto de 2013

A veces el mundo parece un pañuelo de papel, a veces, un mundo. A veces, no se si tengo más miedo del futuro o de todo lo que no he llegado a ser llegados a este punto. A veces tengo miedo y cuando tienes miedo, es necesario encontrar el lado bueno de las cosas aunque se escondan en la cara oculta de la luna. Cuando tengo miedo, a veces, sonrío porque a veces es el mismo miedo el que te hace sentir vivo y créeme cuando digo que eso es bueno porque a veces, en la vida, cuando parece un sueño, y en el mundo, cuando parece un mundo, estar aterrado y frente a un precipicio de dudas, sueños por cumplir y una vida por vivir, a veces, ese miedo de disfraza de esa vez que entendiste que saltar era solo el punto de partida de aquellas otras veces que el mundo parecía el mundo que llevas en el bolsillo como un pañuelo de papel.

sábado, 17 de agosto de 2013

Yo solo pienso en octubre y agosto no termina nunca

Que dice Sabina que si ya nos echamos lo suficiente de menos. Yo le he dicho que si, pero soy así de absurda, qué le vamos a hacer, ya me irá conociendo. O no.
"Aléjate de eso" me dicen mis amigos, pero cómo coño se hace para estar más lejos de algo que no has tenido cerca. Mi sofá no cuenta. Aquella playa tampoco.
Yo no puedo ir a Praga a olvidarte, quizá si pagarás tú, pero eso ya sería tenerte cerca y en ese caso no haría falta viajar para ir más allá de lo que pueda darnos de sí esta vida. Creo.
No debería querer llamarte cada vez que me siento sola, cada vez que una pareja se besa cerca de donde espero el autobús, cada vez que apareces con tu puta lucecita verde como diciendo "hola estoy aquí, bien ¿y tú?" pero no lo dices. No debería tampoco estar escribiendo esto o cualquier otra cosa, porque todas hablan de lo mismo desde que llegaste de la mano del verano cuando yo me moría de frío.
Y escribo todo seguido porque me niego a llamarte poesía, me niego a aceptar que me has cambiado el sexo por una sonrisa, que quise tu número de teléfono, que quise dormir a tu lado, que sabía que a pesar de lo que me había jurado, recordaría tu nombre a la mañana siguiente y querría hacerte el desayuno y quedarme en la cama contigo, perder el tiempo o lo que hiciera falta.
Yo, que hace tan poco te di la bienvenida a mi autodestrucción y tú, que supiste recomponerme con besos y cerveza. ¿Para qué?

Marina ya basta. Esto no es bueno para nadie y no me refiero al amor o como se llame, hablo de mi. De mi creyéndome incompleta, de mi fumando sola, escuchando Vinagre y rosas de madrugada, de mi convirtiendo mis días en domingo a medida que se acerca la media noche. Basta.

Solo pienso en octubre y ojalá agosto termine pronto.

Basta Marina, basta.

domingo, 11 de agosto de 2013

Voy a pintar el mundo entero del verde de tus ojos por si algún día no puedo respirar

Me he visto durmiendo en tu espalda
reflejada en tus ojos
indefensa
desarmada
ante tu cuerpo y tu sonrisa
Queriéndote a quema ropa
vestidos de piel y domingo
camuflando abril con la luna de
nuestros solsticios de verano
Presumiendo de ti por la Alameda
y envidiando a mi yo de nuestras fotos
en cuanto te alejas un poco.

Te he visto soñar conmigo
hacer magia
minimizar la presencia del mar
ser el mar
Te he visto en mi pasado
y nuestro futuro
arrancándome la ropa
y la nostalgia
invitándome a soñar
llevándome al cine
y a la luna
Trayendo al sur, el fin del mundo.

Te veo mirándome
sonriendo.
y me pregunto que ha sido de mi
todo este tiempo
sin mirarte.




sábado, 10 de agosto de 2013

Podría mandarlo todo a la mierda en este instante
destruir todo cuanto
me rodea
de la misma manera que he hecho otras veces.

Podría
no echar de menos a nadie
no tener un lugar al que volver
ni una pareja en la que ver reflejada
todas y cada una de las cosas
que ya no somos
Que no soy con nadie

QUE NO SOY

El café de este sitio es una
mierda
y puede que esta sea la única verdad que escriba hoy

Porque puedo
perder otro autobús
consumirme mareando todas esas cosas
que no dependen de mi
Puedo hasta querer evaporarme (y lloverte)

Pero ya he terminado el café, el reloj me aprieta, tengo un lugar al que volver y no quisiera perder ese autobús.
Que ya he perdido más cosas de las que pueda sentirme orgullosa.