sábado, 25 de diciembre de 2010

De cuando íbamos a buscar a Papá Noel..

Son estos mal-estares conmigo y el estar sin estar por elección o por castigo.
No se que es peor en estos casos, en este tiempo, la añoranza o el orgullo. De pronto un día tu vida da un giro de 720º y todo, absolutamente todo lo que viene después ya se hace raro, infranqueable, inamovible y de algún modo, en algún recóndito lugar en la oscuridad de una diastole, sin quererlo inadmisible. Odio que madurar (de esta manera) saliese tan caro y me odio a mi porque estoy triste, porque las paredes se me echan encima cuando echo de menos...
Somos tan humanos, tan repugnantes...

-Hola, soy el fantasma de Navidades pasadas...

domingo, 12 de diciembre de 2010

Aquella Canción

"Yo soy el único verso que nunca me atreví a rimar. "

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Para mi la lluvia

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Buenos Aires está precioso hoy. 1 de diciembre.
Aquí es verano, pero hasta mis paredes te echan de menos y el Sol que aun no ha amanecido, no calienta este corazón asfixiado de latir aguantando sobre sus hombros todos y cada uno de estos kilómetros.

Te echo de menos.

Me paro en mi mitad de la calle, camino a paso por calada y realmente Puerto Madero no tiene nada nuevo que ofrecerme.
Te echo de menos y echo de menos como era, como estaba siendo nuestra vida, se que te dije que la mía estaba aquí pero si te soy franca, no la encuentro. Por las noches me dedico a mirar nuestras fotos, a escuchar nuestras canciones, por las noches me dedico a todo menos a dormir. Las chicas dicen que tengo que acostumbrarme al calor en diciembre, pero yo se que no es eso. Me pregunto si tu también me echaras de menos, y no paro de hacerlo, especialmente por la noche y las cuatro paredes del departamento de me caen encima, de echo ahora mismo lo están haciendo y no soporto este calor.

Hace mucho que no escribo y no escribo absolutamente nada, no hago ni la lista de la compra y tengo en la nevera dos alfajores Habana de chocolate y dulce de leche y un tuper con mis maravillosas milanesas esas que tanto te gustan, creo que los alfajores inconscientemente lo tengo ahí para ti, son esos que te gustan, el primero y el ultimo de la ultima caja que se me antojó hace un par de días.

Te echo de menos...

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¡No! ¡Ya vale! Otra vez no...
Es mentira si he vuelto a escribir, cada día le escribo una carta, una y otra y otra más, día tras día, pero no tengo los huevos, ni el carisma, ni las ganas (quizás) de tener la certeza de que me ha olvidado, de que no le importa, de que no me echa de menos...No, no tengo los huevos, ni el carisma ni las ganas de quedarme el resto de mi vida esperando frente al buzón, acosando al cartero y hacerme viejita sin saber qué fue de él... qué es hoy, de él, sin mi.