Hoy hice eso que tanto te gustaba hacer. Abrí la ventana justo cuando mas llovía para impregnarme de ese olor a tierra mojada que te enloquecía, mira si llovía que aún estoy secando mi falda rosa, esa que tan sexy te parecía porque como ya sabes, tenía el escritorio lleno de ropa revuelta que algún día ordenare.
Esa sensación de que sigues aquí me destroza porque entro como una tonta a nuestra habitación pensando que estarás ahí en nuestra cama tapado hasta la cintura con esa sábana azul con un brazo estirado y sujetándote la cabeza o acurrucado como un bebé, tan dulce, tan frágil, tan precioso, tan tú...
Ojalá estuvieses aqui para ver como llueve porque no sabes lo que duelen tus abrazos inertes en la almohada.
Es mi cielo el que te echa de menos y por eso llora porque quizá espera que vengas a consolarlo como solo tú sabías
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