miércoles, 22 de mayo de 2013

Podríamos haber sido dos de esos seres que parecen estar hechos el uno para el otro, pero tú tenías mucha prisa y yo mucho miedo. O era al revés. 
No lo sé. Pero tú sonrisa sigue pareciendo lo mejor que le ha podido pasar al cielo de Madrid, tus bailes me persiguen algunas noches en esta ciudad y los besos que no nos dimos me preguntan alguna que otra noche que qué coño fue de nuestras promesas, de los planes, de los viajes que no hemos hecho. 
Qué bonito hubiera sido aquel viaje contigo a Galápagos. 
De vez en cuando me pregunto, (y te escribo) si tú también, de vez en cuando, piensas en mi y en lo que nos desnudamos aquella noche sin quitarnos la ropa. 
(No por falta de ganas si no más bien por exceso de educación.)
Si piensas en mi cuando cantas lo que se decían nuestros ojos y lo de mi cama, tu miedo y mi prisa. No lo sé. Eras demasiado bonito pare ser real, pensé. 
A veces sí es demasiado tarde. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario