No tengo el alma para tus cafés ni los huevos como para mirarte de frente y decirte que ya no te quiero.
Porque entre otras cosas
No
Es cierto.
Pero ya no pienso en ti las veinticinco horas de día.
Salgo con otros a tomar cerveza
(Si, yo, cerveza)
y hasta he besado
otras bocas.
A veces te
me desbocas y no hay manera
de evitar encontrarme de frente con tus costumbres.
Pero mañana es
Jueves
y ya se me ha cansado el alma
de llorar.
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