sábado, 30 de marzo de 2013

Para  Marisa Gonzalvez, por ser un ángel
y venir a curarme la impotencia (o a intentarlo)
con su sonrisa.


Ya me estás tocando los cojones con esa cara de niño bueno, esa voz de poeta borracho, ese cuerpo capaz de hacerle sombra a toda la puta literatura del mundo. (Que yo, por lo menos, ya no escribo desde que te vi desnudo.)

Ojalá no te hubiera probado nunca, porque sería feliz a medias, como solía serlo, sin saber a qué sabe el infierno, porque desde entonces no creo en otra cosa que no sea tu espalda.

Quiero que sepas que para mi vigilia es no poder tocarte, que jueves santo son todos, desde aquel día
y que te odio tanto que estaría dispuesta a quererte el resto de mi vida.

(...

1 comentario:

  1. Que sepas que hoy me iré a dormir más contenta que nada. Que no todos los días a una le dedican unas pequeñas palabras al abrir un texto tan grande, y mucho menos de alguien tan gigante como tú.

    Eres bonita a rabiar, chica <3
    (y una ladrona de sonrisas).

    ResponderEliminar